jueves, 10 de julio de 2008

La piedra que soy

La procesión de sustos fabula,
deambula inconsciente por ahí,
es y no es un grosor en la mirada,
la jaula de caramelo ácido
en blister de metal.
Suenan cornetas pidiendo, entre idecisiones,
una víctima más.
Nosotros austeros corriendo (llevando al que
no vendrá).

Golpes son truenos en la noche negra.

Sangre de colores y cuerpo de acero
nadando en la tierra;
todas las palabras resultan inexistentes
para nombrarlos,
entra la procesión al mundo, sonrisas, abrazos.
El agua tiniéndose en tu boca dulce
en tu piel inquieta;
el mar es una laguna de dientes
afilados y colmillos.

Hay imagen, hay dios.

La fila haciéndose sombra gaseosa
frente a la luz,
huir es sólo una excusa mientras
nuestros golpes son certeros,
en el pararaíso los enemigos caen lento
y nuestra eternidad vuelve a equivocarse.

Emiliano D

3 comentarios:

P dijo...

Me corresponden los derechos de autor sobre una imagen digitalizada. Ahora la corto por la mitad, ¿me siguen correspondiendo los derechos?

¿Y si la vuelvo a cortar por la mitad?

¿Y si la sigo cortando hasta llegar a un píxel?

Venía a avisarte que soy el dueño de #a0a0ff.

Juan Mariano Dolz dijo...

Poema muy interesante, capto lo extraño de la marea humana, afuera, adentro, en la llegada y en la partida. No se, deja pensando...

Anónimo dijo...

te felicito hay partes que me gustan muchisimo